Océanos es la película francesa que sigue a Tierra. Una película de paisajes y personajes insólitos y maravillosos. El 80% de la peli desborda armonía y belleza, prodigios naturales. Toda esta armonía dura hasta que al final aparece el hombre; el animal más personaje de todo los animales, y no es que muestre su belleza, ni poderío fundiéndose con el medio, ni manteniendo el equilibrio como nos correspondería: redes atuneras con infinidad de especies que mueren atrapadas, que agonizan lentamente. Pero lo que más me ha impresionado/aniquilado es ver como a un tiburón azul muy joven le cortan todas las aletas y aún vivo lo arrojan al mar; el director sigue con la cámara la lucha del animal por seguir con su vida como si no pasara nada, como si con él no fuera; intentando volver a los 20 minutos anteriores a cuando es capturado y el pobre llega al fondo del océano, toca con su cola mutilada la arena y muere. No tengo ni idea de como sabe la sopa de aleta de tiburón, seguro que en el mundo resulta imprescindible.
Por mi parte recomiendo que veáis la película, en ella se encuentran muchos de los paisajes que más me gustan y los que me disgustan.