
Anna Lloyd lo tenía muy claro,sabía que su hijo tenía que ser arquitecto; colocó en su habitación diez grabados antiguos de catedrales, y le regalo un juego de bloques ideado por Froebel,que compró en la exposición universal.(Froebel desarrolló una serie de juegos y actividades que llamó: regalos y ocupaciones ."Los regalos llevan al descubrimiento; la ocupación al invento. Los regalos conducen al entendimiento; la ocupación ofrece poder"). Frank Lloyd Wright estaba fascinado por los bloques y por las formas geométricas que experimentó de niño. La casa de la Cascada o casa Kaufmann (en inglés: Fallingwater) es un ejemplo de que Anna Lloyd lo tenía muy claro
Muy interesante el post, aunque algunos piensan que ese tipo de juguetes en vez de potenciar la creatividad, la anulan. Adjunto el enlace a un breve post sobre las ideas de Bernard Rudofsky al respecto por si a alguienle interesa echarle una ojeada:
ResponderEliminarhttp://bailarsobrearquitectura.wordpress.com/2014/02/21/juegos-de-ninos/
Saludos,
Iago López