Antonio Saura apunta que son cinco las condiciones del pintor solitario: la primera que ha de volar en lo más alto, en las más audaces aventuras, con las más profundas inquietudes estéticas, sociales o filosóficas, olvidándose de todas las cosas transitorias. La segunda que ha de ser tan amigo del silencio y de la soledad que unicamente viviendo en ellos podrá realizar una obra cuyo mensaje sea grave y altanero.La tercera que ha de poner sus ojos en un infinito hecho de las más locas proposiciones, beber todo aquello que esté a su alcance en un ansia devoradora y trabajar con una fiebre intensa. La cuarta que no ha de tener demasiado color, atento unicamente al dolor que puede causar y a la herida que puede curar. La quinta que ha de cantar y gritar con el más espontáneo y libre lenguaje.
Antonio Saura entre sus temáticas pinto retratos imaginarios de Goya y estudio obsesivamente El Perro de Goya.
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